El tiempo es caprichoso y, a veces, decide jugar un poquito con nosotros.
Tras unos dias de cielo plomizo y lluvia pasamos al otro extremo, un cielo limpio sin una sola nube.
Estas imagenes del silencio realmente están tomadas en una playa que hay detras de las peñas. Lo fuerte del sol no invitaba a probar un contraluz, y además la playa principal fué invadida por un grupo de más de 20 compañeros cargados de trípodes y cámaras.
Antes, y aprobechando la sombra del propio acantilado que mejor que abstraerse en este mundo de roca y color.
Lineas y formas donde algunos ven montañas y dragones.
O llegas a imaginarte el origen de la tierra con todas esas fuerza retorciendo la roca.
Un auténtico bodegón natural al que a veces te pide que aportes algo.
3 comentarios:
Hola Javier, lo bueno que tiene esta playa es que siempre te quedan esos pequeños tesoros que nunca los agotas. Muy guapas todas las fotos. Un abrazo
Enhorabuena.
El lugar es de por sí fantástico, pero tus imágenes potencian la magia que irradia.
Saludos.
Como siempre, mágia en tus imágenes, impresionantes compañero,
Un saludo
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