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viernes, 18 de abril de 2008

La primavera está lanzada

Junto a la cuneta de la carretera, aprobechando cualquier espacio un montón de especies parecen querer buscar su sitio.

Todos estos ejemplares se encontraban a menos de 50 metros unos de otros.


Dactilorriza maculada, preciosa orquidea saliendo justo junto al asfalto. Las orquideas necesitan tierras poco abonadas, ya que este destruye unos hongos en sus raices, con los cuales establece una simbiosis y las permite germinar.



Escila de primavera,


Violeta, pero aun sin desplegar sus pétalos. Me recordo una zapatilla. Quizá algún duendecillo la perdió.


Daboecia cantabrica o Brezo vizcaino, colgando como pequeños farolillos.


Pulmonaria. Es increible el expectáculo cromático de estas florecillas, que segun les da la luz parecen casi azules, violetas, rosas...



Lechetrezna, su sabia es lechosa, y venenosa. Cuidado de tocarse los ojos despues de estar en contacto con ella.

Hierba de San Roberto, o el auténtigo geranio. Si se frota la hierba entre las manos desprende un olor muy desagradable. Aunque mejor no hacerlo y disfrutar de su belleza.

Bueno, hay que decir que el asesoramiento de Txemi a sido indispensable para este artículo.

sábado, 12 de abril de 2008

Aferrados al vacio







Asomarse a un precipicio genera un estado de tensión y de alerta, la adrenalina se agita en tu interior.
El mundo entero parece agolparse frente al abismo del cambio climático. Y en vez de plantear soluciones viables y contarnos las cosas tal y como son, nos venden falsas verdades solo con ansias de seguir ganando dinero.
Nos dicen que no gastemos agua, que no abusemos de la electricidad. Y si bien es cierto que hay que aprender a vivir con menos, a disfrutar sin tanto consumo, no es menos cierto que el impacto del consumidor final no es mas que una pequeña parte de la barbaridad de grandes empresas y multinacionales.
En España se pierde más agua en las obsoletas infraestruturas que la que consumimos en nuestras casas.
Se gasta más agua en campos de golf, cultivos de regadio en zonas que eran de secano y en piscinas en medio del desierto de lo que gastariamos nosotros llenando la bañera todos los días.
Nos asomamos al abismo y la gente ante tal avalancha de datos no sabe que creer, y mientras siguen jugando con nosotros.