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miércoles, 21 de julio de 2010

Colonizando el mar

Cala Areatzatxu, Bermeo
Esta pequeña cala es un bello tesoro que tienen guardado los Bermeotarras para ellos.
Aprovechando la barrera natural de las rocas y ayudado por el dique de cemento que veis este lugar ofrece un baño tranquilo en pleno cantábrico. Por si fuera poco han plantado un reloj solar en plena roca para que no se te alargue demasiado el baño.
A mi, egoístamente, me gustaría poder disfrutar de este lugar sin esos artificios, pero supongo que los que usan a diario de este lugar no opinarán igual.

miércoles, 14 de julio de 2010

La ermita y el mar

El mar era un misterio para nuestros antepasados, una fuente ilimitada de recursos y, a la vez, un ente terrible capaz de la mayor de las desgracias.

Buscando la mayor protección posible toda nuestra costa se encuentra custodiada por una serie de ermitas que ya forman parte del paisaje costero.

Esta que veis en la foto es la de Santa Katalina, junto a Mundaka. Pueblo que aunque hoy en día es famoso entre los surfistas por su ola, guarda una gran tradición pesquera.

viernes, 9 de julio de 2010

Cazador cazado

La mayoría de mis salidas fotográficas las hago en solitario, pero de vez en cuando un poco de compañía no viene mal. Fruto de estos encuentros son estas fotos en las que Arkaitz retrato a este especimen en plena faena.

miércoles, 7 de julio de 2010

Chillida y la fotografía de naturaleza

Hace poco estuve visitando el peine de los vientos, disfrutando de este paisaje soñado por este gran artista.

Ni que decir tiene que me fascina esa manera de mezclar belleza natural y arte imaginado. Este hecho que se repite en muchos artistas vascos (la cabra tira al monte), como Oteiza, Ibarrola y el propio Chillida.

Con mi cámara frente a su obra fui recordando frases del artista, de cómo persiguió construir esta obra casi desde que tenía uso de la razón.

Chillida visitaba esta punta desde pequeño, bañándose cerca de estas rocas y viendo como la mar brava silbaba entre las rocas.

Casi sin querer puedes ir descubriendo como se fue imaginando esas figuras retorcidas sobre la roca. Como sus formas no hacen más que enfatizar la personalidad que ya tenía el paisaje original.

En parte, cuando afrontamos una fotografía vivimos lo mismo, captamos la fuerza del lugar e intentamos dimensionarla para que las sensaciones que ese lugar nos trasmite lleguen a plasmarse en la toma.



Cuando escucho a algunos fotógrafos hablar de su proceso creativo muchas veces me siento poco reflejado con lo que me cuentan. Unos dicen imaginar la foto mucho antes de verla y cuando llegan al lugar se plantan y de forma casi mística ahí tienen su toma. Otros cuando consiguen una toma que les gusta de un lugar en concreto ya no regresan, alegando que ya tienen "la foto".


Supongo que todas tienen algo de válido y de erróneo.


En el caso de Chillida y el peine de los vientos, el artista tenía un concepto en la cabeza, una idea sobre la que trabajar. Pero no era hasta que estaba en el taller, o en la fábrica que la obra no tomaba forma. De hecho el peine del viento es la versión XV. Pero para el artista tanto la versión I como esta suponían una obra en sí misma, y no un boceto buscando irlo depurando.


Creo que a la hora de afrontar un paisaje al fotógrafo le pasa lo mismo. Trabajando sobre un concepto imaginado, sobre una idea en la cabeza, no es hasta que estás en el lugar, con las manos en la masa, que no terminas de desarrollar la obra. Pero una misma idea te permite trabajarla varias veces y de diversa manera, creando de esta manera obras distintas con los mismos conceptos.

domingo, 4 de julio de 2010

COMPOSICIÓN en FOTOGRAFÍA

El leguaje del arte
Con este sugerente nombre se presenta ante nosotros el último trabajo de José B. Ruiz.
Junto con su anterior libro " el fotógrafo en la naturaleza" forma una herramienta imprescindible para sacar el mayor jugo a nuestra ansia de retratar la belleza de la naturaleza que nos rodea.
Así como en el anterior libro se nos explicaba todo tipo de conceptos técnicos de uso de material (cámara, objetivos, filtros, flash) y como solventar diferentes dificultades de iluminación y demás.
En este nos volcamos por completo en la concepción artística de la obra. En la importancia de una composición adecuada al mensaje que queremos trasmitir. En como la distribución de los elementos dentro de la escena pueden crear un equilibrio armónico o una tensión llena de incertidumbre.
Este lenguaje visual, que va más allá de la fotografía, se nos desmenuza con maestría, aportando ejemplos de gran valor didáctico, así como destellos de cómo han sido utilizados estos conceptos a lo largo de la historia del arte.

Recién terminado de devorar el libro no puedo hacer otra cosa que recomendároslo al 100%. Cada uno de los conceptos, cada una de las explicaciones aportan algo, todo un lujo.
Me gustaría poneros íntegramente aquí el prólogo de Kathy Moran (editora de la revista National Geografic), pero prefiero dejaros el gustazo para cuando tengáis el libro.

He intentado ser lo más objetivo posible a la hora de escribiros sobre este libro, sabiendo de antemano que era una misión utópica.
Porque Benito, además de gran fotógrafo y educador es una pasada de persona. De esa buena gente que hoy en día cuesta encontrar, de esa que cuando la conoces no puedes dejar de estar agradecido y que encima ella te lo agradece con creces.

Disfrutar de la lectura.