Aunque sea una puñeta para ir a la playa la sensación de perderse en un bosque, dentro de una nube, escuchando la lluvia no tiene precio.
Las imágenes están tomadas en monte Santiago, junto al salto del nervión.
Sobre un suelo Kárstico la lluvia y las raices de las hayas resquebrajan la roca.
Esta acción prolongada va creando auténticos laberintos y galerías, como esta sima de los paules.
En la superficie los árboles siguen cumpliendo su importante papel de cobijo y alimento. Aun después de caidos su tronco sigue lleno de vida.
2 comentarios:
muy buenas fotos, recien estoy empezando a ver tu blog y decidi leerlo de atraz hacia adelante, pero te queria pedir si en los prox posteos podrias agregar los datos exif.
saludos y felicitaciones
Me gusta tu blog, pero como naturalista me gustan mas las fotos austeras, sencillas, sin saturaciones. Entiendo que del melladismo es dificil escapar.
un abrazo a seguir
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