Sin color

Las imágenes que os presento están sacadas el trecer día de este raro maratón que me he impuesto. En este caso me acompañaba Arkaitz, y la verdad es que las condiciones de trabajo no fueron las mejores.
El mar estaba muy bravo, así que a pesar de ser marea baja no lo parecía. Además el viento y la lluvia nos hizieron compañía aumentando aun más el reto de traernos algo decente.

A pesar de esto nuestro ánimo era bueno, ya que esa ausencia de color en el cielo a veces te libera de la presión de la "hora azul" y te permite disfrutar de otros detalles.

Son días en los que las imágenes que van surgiendo de tu cámara te piden a gritos que las vistas de blanco y negro.

O que optes por por una temperatura de 3500ºK acentuando las sensaciones de frio y soledad.

Más viento sur

Es curioso como cambia el cielo de un día para otro. Estas imágenes están tomadas al día siguiente de las de la entrada anterior.
En este caso pertenecen a la playa de Atxabiribil, justo al otro lado de la ría de Bilbao respecto a las de Cobarón.
También anunciaban viento sur, pero en este caso las nubes se abrieron más dejando una estampa más tradicional.

Por pura casualidad según salí del coche me encontré con Carlos Martinez, otro apasionado de esto de la fotografía con el que suelo coincidir bastante ( se nota que los dos tenemos horarios de trabajo algo raros ).

Al día siguiente también salí a hacer fotos, y ahí el cielo no acompañó demasiado, pero eso ya es otra historia, y otra entrada.

Segundos de color

Mientras en el resto de la peninsula arrecia el agua y el viento, aquí el componente sur de este frente hace que ese frente se quede en las montañas y disfrutemos de cielos bastante curiosos.
A pesar de que parezca que el día esté triste y gris la experiencia te va diciendo que el atardecer traerá sorpresas.
Y así fué, justo cuando el sol se quería despedir iluminó fugazmente el cielo encapotado, encendiendo las nubes y hasta tiñendo el mar con esos tonos.
Solo duró un par de minutos, y apenas te deja tiempo a la improvisación o a probar otros encuadres, pero sin duda mereció la pena.

Apenas unos segundos de color.

Fotógrafos- Iñigo Bernedo Belar

Hoy quiero presentaros a otro gran fotógrafo y amigo. Otro de los locos con trípode con los que suelo salir a afotar.
Lo conocí al crearse la web de Rincones de Vizcaya, y su manera de ver la fotografía me ha influido bastante, sobre todo en el método de trabajo.
Yo suelo, bueno solía, descuidar bastante los valores técnicos de las tomas, dejándome llevar bastante, siendo bastante intuitivo. Ahora, aunque intento no perder esto, busco controlar con mayor precisión esos detalles que marcan una foto. Iñigo, igual que Arkaitz y yo mismo, tenemos predilección por el paisaje, aunque como vereis también gusta de otros menesteres.
Así se me quedaron de largos los dientes al ver las fotos que se trajo de Kenia.
Imagen de la cascada de Svartifoss premiada con una mención de honor en el concurso de fotografía FOTOCAM 2009.
Además de fotógrafo también tiene otras aficiones como la de actor. No podeis perderos el video.

Sueños en 3D

Fotografía, diseño, arquitectura y naturaleza. Bueno, ya se que todo esto junto suena un poco raro, pero hoy quiero presentaros un video que auna todo esto de una manera magistral.
Lo cierto es que tampoco es algo tan distinto. Quiero decir, cuando te dedicas a hacer fotografía de paisaje empiezas a mirar la naturaleza en conceptos tales como, lineas, puntos y formas.
Al final siempre llegas a la conclusión de que no existe mejor arquitecta que la naturaleza. Hoy en día muchos arquitectos han llegado también a esa conclusión y sus obras intentan emular y mimetizar a esta.
Este video de paisajes soñados simplemente es un regalo para los sentidos.

The Third & The Seventh from Alex Roman on Vimeo.

no me va a perdonar que me distraiga

En ciertas ocasiones nos hacemos esclavos de nosotros mismos. Tomamos un camino y nos ponemos las anteojeras, sin mirar de reojo otras realidades.
En la fotografía como en otras artes ocurre lo mismo .Por suerte tengo amigos bastante inquietos que no dejan de mirar esas otras realidades y, claro, algo se va pegando.

Precisamente hay una canción de Silvio Rodriguez que refleja muy bien este pensamiento. Él, siempre con su canción protesta, casi tiene que pedir perdón para hacer una "simple" canción de amor.

TE DOY UNA CANCIÓN
Como gasto papeles recordándote
como me haces hablar en el silencio
como no te me quitas de las ganas
aunque nadie me vea, nunca contigo
y como pasa el tiempo
que de pronto son años
sin pasar tu por mí, detenida.

Te doy una canción si abro una puerta
y de las sombras sales tu
te doy una canción de madrugada
cuando más quiero tu luz
te doy una canción cuando apareces
el misterio del amor
y si no lo apareces, no me importa
yo te doy una canción.

Si miro un poco afuera, me detengo
la ciudad se derrumba y yo cantando
la gente que me odia y que me quiere
no me va a perdonar que me distraiga
creen que lo digo todo
que me juego la vida
porque no te conocen, ni te sienten.

Te doy una canción y hago un discurso
sobre mi derecho a hablar
te doy una canción con mis dos manos
con las mismas de matar
te doy una canción y digo patria
y sigo hablando para ti.

Te doy una canción como un disparo
como un libro, una palabra, una guerrilla,
como doy el amor.

The long road

La suerte del fotógrafo no profesional es que tenemos la libertad para hacer lo que realmente deseamos.
No tenemos la necesidad suministrar imagenes a nuestra agencia o de hacer determinadas fotos por encargo que ni nos van ni nos vienen.
Podemos, jugar, experimentar, al fin y al cabo, disfrutar sin cortapisas.

Aun así hay veces que nos obsesionamos con cierto tipo de imágenes, de encuadres, solo por el hecho de que sabemos que van a funcionar.

Ayer salí a hacer fotos, en parte por que tenía ese gusanillo en las tripas que me impulsa a hacerlo y en parte por motivación externa. El caso es que la mar estaba tremenda. En plena marea alta y las olas golpeando con fuerza no era muy aconsejable arrimarse demasiado. Además hacía bastante frio, así que la perspectiva de mojarse no estaba entre mis planes.

Decidí sacar el 100-400 y jugar con una roca a la que suelo visitar con cierta frecuencia. Como si de una modelo se tratara le fuí buscando sus mejores sonrisas.

Normalmente cuando hago fotos en la naturaleza me gusta escuchar sus susurros, estar atento a lo que pueda contarnos. En este caso fué diferente. Como de experimentar se trataba durante toda la sesión estube escuchando a Mark Knopfler. Así que aquí os dejo un poquito de su sonido para ambientar las fotos.