Si te caes siete veces, levántate ocho.
Añorar el pasado es correr tras el viento.
De lo sublime a lo ridículo no hay más que un paso.
Es menos malo agitarse en la duda que descansar en el error.
Como no tenemos nada más precioso que el tiempo, no hay mayor generosidad que perderlo sin tenerlo en cuenta.
¿No eres tú también, barquero, uno de los que buscan el camino de la verdad?
Durante está primavera podeis visitar la exposición "argazki-lore" en los diferentes centros que la diputación de Alava tiene en sus parques naturales.
Los horarios de visitas son de 10:00 a 19:00 (Lunes cerrado). 945181818 (ext. 2302)naturaleza@alava.net
Conocía este lugar del curso que impartió Jose B. Ruiz aquí el otoño pasado. Pero el panorama era totalmente distinto. En aquella ocasión estaba muy seco y ahora se encontraba a tope de agua y cubierto de flora.
Como podeis comprobar en estas imágenes el atardecer no prometía demasiado, así que fuí recorriendo la orilla captando primeros planos singulares.
Como suele pasar, según la ley de Murphy, justo cuando me encontraba en una zona sin ningún tipo de interés, la magia del atardecer hizo acto de presencia.
Apenas pude hacer un par de disparos en estas condiciones. Después la luz de las rocas dejó paso a unas nubes llenas de color. 
Había visto ya fotos de esta cascada, lo cual, sin querer, te condiciona a la hora de buscar encuadres.
Bajaba con muchísima agua, disimulando algo esos saltitos de agua que va haciendo en forma de escalones.
Un poquito más arriba, mientras mis compis seguían en la otra cascada me encontré con este juego de saltos, lineas y reflejos.
Lo exprimí de todas las maneras posibles, fotos de detalles, más generales, pero lo mejor de todo, como casi siempre, fueron las sensaciones.
La excepcional temporada de lluvia que llevamos hizo que los torrentes bajaran con muchísima fuerza. Lo cual era un bonito expectáculo de ver, pero para fotografiarlo suponía un tremendo handicap.
Aun así la riqueza de cada rincón nos permitió jugar tanto con tomas más generales, como con detalles llenos de magia.
A pesar de ir en grupo nos las arreglamos muy bien, bueno, siempre hay alguien con ganas de chupar cámara.
El viernes, diréctamente llegados de Bilbao ( bueno, hicimos una paradita a comprar queso, jamón, lomo...) nos dirigimos a estas preciosas dehesas.
Bajo la vatuta ( y flash ) de Iñigo Bernedo fuimos retratando estas singulares encinas.
La segunda sesión de nocturnas el cielo nos dió la espalda y se nubló.
Está claro que a estas tomas les habría venido muy bien un poquito de cielo estrellado, pero aprobechamos para jugar con distintas temperaturas de color y usando filtros para los flashes.
