Si desde arriba los acantilados de Etretat impresionan, desde abajo hacen que uno se sienta muy pequeño.
Intimidado por estas paredes te dan ganas de aparcar la cámara y disfrutar el sitio con calma. Imaginar que sintió Monet la primera vez que pisó esta playa.
Pero la verdad es que uno no se puede despistar o entretener demasiado ya que la única entrada a esta playa es un tunel que cuatro horas antes de la marea alta queda bloqueado por el agua, y después de los sustos en Saint Michel, no queriamos tentar a la suerte.
Aun así pudimos disfrutar del sitio, buscar encuadres, pelearnos con el viento y las olas, con el trípode y los filtros.
Las posibilidades de esta costa parecen infinitas, y nos fuimos con la sensación de haber arañado nada más que la superficie de ese tesoro de la naturaleza.
8 comentarios:
Muy guapas todas y la verdad es que ese lugar es una pasada. Me gusta mucho la penúltima por el dinamismo del agua. Has utilizado el Enfuse en la primera?. Un abrazo
chapeau, menuda entrada... y vaya viaje guapo... agur!
Un tesoro leal que muestra su fondo como las aguas transparentes. Abrazos.
Morriña me da como diria un gallego. La verdad es que yo también me quede con esa sensación de que solo ha sido el comienzo je,je...
Jose, al final no. Es una sola toma tratada por zonas. Ya le iré cogiendo el tranquillo.
impresionante
saludos
Menudo sitio... Ya lo tengo anotado para algún dia subir por allí.
Un placer viajar desde esta página
Publicar un comentario