El despertar

Los que siguen habitualmente el blog saben que todos los años por estas fechas tengo una cita casi ineludible con los narcisos. Es como el pistoletazo de salida todo. Una nueva primavera que te carga las pilas. Y eso que me encanta el invierno, pero acercarse a la naturaleza en estas fechas y ver como todo empieza a cobrar vida es algo que hay que vivir.

Todos los años se produce este milagro y el suelo del bosque empieza a desplegar un manto de color. Primero asoman tímidamente los diente de perro (esta preciosa flor que veis arriba a la derecha) y luego, compitiendo con ellos, los bulbos de los narcisos nos muestran su tesoro, una explosión de amarillos que lo llena todo.

Aquí podeis ver una toma panorámica del lugar. Os animo a verla en grande.

He preparado un video con imágenes de diferentes años, espero que os guste.





El hecho de visitar el mismo lugar varias veces, hace que fotográficamente busque cosas distintas. Al principio el macro lo ocupaba todo, después intentas mostrar una imagen más general, que trasmita el derroche de color del lugar. En esta última ocasión, e inspirado por el artículo de Luis Llavori en el último número de la revista LNH también me dediqué a buscar otras cosas. La verdad es que fué muy divertido dejar el trípode y buscar diferentes efectos con la cámara.